El recuerdo de la piel desnuda de tu culo, surcada por leves marcas rojas producto de mis azotes, han conseguido excitarme. Ya ves, me gusta azotarte. Me gusta atarte y tenerte a mi merced, amordazado, humillado y rendido. Me gustan tus gemidos cuando te pellizco los pezones, cuando te castigo con el cinturón, cuando te golpeo levemente el pene, y no sabes si todo quedará en eso, o habrá más dolor. No puedes saberlo, no puedes controlarlo, eres mío, me perteneces y tu cuerpo se rinde a mis caprichos.
Me excita esa sensación, y quiero que cuelgues en tu blog las fotos de tus marcas del último día. Quiero verlas. Quiero deleitarme en tu entrega. Porque es tu entrega lo que nos produce mutua satisfacción. Ya no vale con atarte a ti mismo: necesitas mi dominación para sentirte realmente sumiso, para excitarte, para complacer tus fantasías. Eres mío, me perteneces, eres mi esclavo y voy a marcarte como tal. Nada será lo mismo mi querido gos. Ya no eres un perro vagabundo, solitario y sin dueño: ahora eres un perro fiel a los pies de tu Ama.
1 comentario:
Felicidad, este es el sentimiento que tengo al leer sus palabras, y mientras las leo, siento los azotes en mi culo, que tan generosamente me regaló, tal i como si fuese en este momento.
Todos los días miro si ha mirado mis relatos, y espero el momento de ver sus comentarios, los necesito, los añoro, igual que sentir que soy suyo, porque suyo ya lo soy, sin estar atado.
El perrito queda a sus pies para obedecer en cualquier momento sus deseos.
Publicar un comentario