SIN ENTREGA

No voy a volver a entregarme. Jamás. No seré jamás de nadie. Libre. Dómina o sumisa jamás nadie volverá a tenerme del todo. Tendréis mi cuerpo, pero no mi esencia. Cuerpo caliente pero cabeza fría. Fría como el hielo. No volverá nadie a romperme por dentro hasta secarme los ojos. Solo se trata de un juego. Jugaré, pero con mis reglas. Nada de amor, nada de entrega incondicional, nada de dejarme caer al vacío. Igual que puedo ser la más dócil de las sumisas, puedo ser la más temible de las dóminas. Pero sólo será un juego. Jugar, solo jugar a ser. Por un momento, por unas horas, y luego, volver al dulce dolor de la soledad.

DOMINA

En la próxima fiesta 24/7 haré de Dómina. ¿Por qué? No lo sé. Tal vez porque esté terriblemente resentida con O, y sea una forma de venganza, de vengarme de él y de todos los amos que me han rechazado. Tal vez me sienta demasiado frágil y dolida para ir de sumisa. Tal vez en el fondo sea swith, capaz de disfrutar con ambos roles. No lo sé. Todavía no lo sé.

Pero en una de las reuniones previas a la preparación de la fiesta conocí a cuk. Inocente y desvalido, preguntaba si vendría alguna Dómina, porque él no tenia Ama y temía quedarse solo de mirón. Mi instinto reaccionó antes que mi cabeza y me comprometí ha hacerle de Ama si no venía ninguna.

Ayer, durante la cena con nuestros amigos de Tarragona D/s, compartimos confidéncias y algún pequeño juego de humillación. La verdad es que me sentí cómoda y excitada. Le hice ir con bragitas de mujer, le dí algunos azotes y le humillé en público. Él parece encantado y yo me siento extraña asumiendo el control absoluto sobre una persona. De vuelta a casa, paramos en el arcén y le ordené que se quitara las bragas y se arrodillara. El obedeció humildemente, y yo, crecida, le dí algunas bofetadas. Después le obligué a llevar las bragas en la boca hasta dejarme en la puerta.

Parezco un bebé dando sus primeros pasos, y todavía no sé si me gusta. Me excita, sí, pero no sé si porque se lo hago a él, o porque fantaseo pensando en que me gustaría que me lo hicieran a mí. Realmente, la línea que separa nuestros sentimientos, es delgadísima.

Mi querido O,

Cuando decidimos emprender este viaje juntos me pediste, como muestra de sumisión y fidelidad absoluta, que dejara de tener cualquier contacto con el mundo BDSM. Ni foros, ni blogs, ni comidas en BCN.... Nada de nada. Sumisa, accedí, pensando que eso pondría a prueba mi verdadera alma sumisa. A partir de entonces solo existirías Tú: mi amado Amo.

Pero a pesar del tiempo y de mis esfuerzos por caminar juntos hacia el lado oscuro, nuestro día a día nos ha llevado a tener una relación única y exclusivamente vainilla. Dulce, empalagosa y asfixiantemente vainilla.

Perdóname O. Te amo, pero no puedo seguir renunciando a este mundo. Una simple llamada de mi querido Sensei ha bastado para que vuelva a reecontrarme con personas afines al BDSM, caras conocidas, caras nuevas, nuevas ilusiones y nuevos deseos.

Perdóname O. Te quiero, te quiero profundamente, pero no puedo renunciar a mi esencia. Tal vez es que no sea, realmente, una buena sumisa. Si lo fuera, renunciaría a todo esto como me has pedido, pero no debo ser más que una guarra sucia y lasciva, una perra hambrienta de sexo, de machos y de lujuria.

Perdóname O. Perdóname por no ser la mujercita atenta, laboriosa, corriente y abnegada que desearías que fuera, pero no soy más que una sucia puta bajo la apariencia de una dama remilgada.

Perdóname O, pero de nuevo me abandono a mis más bajos instintos, a mis más negras fantasías y mi cuerpo entero bulle bajo el deseo de ser humillada y poseida.