domingo, 10 de julio de 2011










Mi querido O,


Cuando decidimos emprender este viaje juntos me pediste, como muestra de sumisión y fidelidad absoluta, que dejara de tener cualquier contacto con el mundo BDSM. Ni foros, ni blogs, ni comidas en BCN.... Nada de nada. Sumisa, accedí, pensando que eso pondría a prueba mi verdadera alma sumisa. A partir de entonces solo existirías Tú: mi amado Amo.

Pero a pesar del tiempo y de mis esfuerzos por caminar juntos hacia el lado oscuro, nuestro día a día nos ha llevado a tener una relación única y exclusivamente vainilla. Dulce, empalagosa y asfixiantemente vainilla.

Perdóname O. Te amo, pero no puedo seguir renunciando a este mundo. Una simple llamada de mi querido Sensei ha bastado para que vuelva a reecontrarme con personas afines al BDSM, caras conocidas, caras nuevas, nuevas ilusiones y nuevos deseos.

Perdóname O. Te quiero, te quiero profundamente, pero no puedo renunciar a mi esencia. Tal vez es que no sea, realmente, una buena sumisa. Si lo fuera, renunciaría a todo esto como me has pedido, pero no debo ser más que una guarra sucia y lasciva, una perra hambrienta de sexo, de machos y de lujuria.

Perdóname O. Perdóname por no ser la mujercita atenta, laboriosa, corriente y abnegada que desearías que fuera, pero no soy más que una sucia puta bajo la apariencia de una dama remilgada.

Perdóname O, pero de nuevo me abandono a mis más bajos instintos, a mis más negras fantasías y mi cuerpo entero bulle bajo el deseo de ser humillada y poseida.




No hay comentarios: