
¿Cómo sé que soy sumisa?
Hace apenas dos meses, ni siquiera sabía lo que era el BDSM. Una serie de casualidades, me llevaron hasta una página en internet: Club Sumisión, y allí empezó todo.
Esa página, poco a poco, fue convirtiéndose en opio para mí. No podía pasar ni un solo día sin entrar y ver sus fotografías, sus vídeos, los hilos y las opiniones de sus miembros. Como una espía, camuflada en mi anonimato, asumía con avidez todos los conceptos, todos los pequeños misterios de ese mundo que cada vez me fascinaba más.
Gracias a una intervención especialmente interesante, conocí a un Amo. A uno de verdad. El día que quedamos para conocernos, el pulso me latía frenéticamente. Una cosa es fantasear, y otra muy diferente enfrentarte con la realidad. Conectamos enseguida. Es un caballero, un Maestro, un verdadero Amo y una persona maravillosa. Por circunstancias que no podemos controlar ni Él ni yo, nuestra relación sólo duró 20 días. 20 escasos días para descubrir mi sumisión, pero fueron suficientes. Ahora, tengo el honor de tenerlo como Tutor.
Él me habló de la “esencia sumisa”, que en resumen es el deseo profundo de conseguir la propia felicidad a través de la felicidad del Amo. ¿Realmente era eso lo que yo sentía, o simplemente fantaseaba con algunas sesiones de sexo más o menos duro? ¿Quería “ser” sumisa, o “jugar” a ser sumisa?
Hace dos meses no lo sabía. Ahora sí lo sé: soy Lola, sumisa. La sumisa que persigue esa esencia.
¿Qué clase de relación D/s busco?
Cada relación es un mundo, y en el BDSM ocurre exactamente igual. Por lo tanto, dentro de las infinitas prácticas, de los roles, de los tipos de relación ¿dónde encajo yo?.
Respeto todas las relaciones y todas las prácticas (siempre que sean SSC), pero, evidentemente, mi condición de sumisa se va perfilando hacia determinadas preferencias.
No me veo como sumisa de rol (o de sesiones). No me interesa el sexo sólo por el sexo, sino dentro de un conjunto mucho más amplio de relaciones. Mi sumisión conlleva no sólo la sumisión de mi cuerpo, sino de mi alma, y por lo tanto no me interesa una relación que no se aproxime al 24/7.
En la entrega de mi sumisión buscaré ante todo la felicidad de mi Amo, pero mi futuro Amo deberá comprender que a través de la suya y como un reflejo de ella, espero también encontrar la mía propia, pues como dice mi Tutor “La única obligación real de una sumisa (como el de todo ser vivo) es la búsqueda de su felicidad. Nada ni nadie (y mucho menos tu Amo) deben apartarte de este objetivo” .
No entiendo la sumisión como un castigo, sino como un placer, una satisfacción, y por lo tanto busco placer y satisfacción en la relación con mi futuro AMO. Pienso que la sumisa está a los pies de su Amo para ser feliz en su sumisión, no un ser desgraciado.
Evidentemente todo ha de seguir un proceso, un conocimiento previo y exhaustivo de ambas partes, una evolución lógica de la relación, y un aprendizaje por mi parte (y tal vez por parte de mi futuro AMO), hasta conseguir aproximarnos al ideal de la relación 24/7. Pero ese ha de ser el objetivo. Al menos yo no lo entiendo de otra manera.
¿Cómo es mi AMO ideal?
No creo que los Amos, para demostrar su dominación, tengan que ir por la vida con prepotencia, cara agria, y dando órdenes a diestro y siniestro, siempre con la fusta en la mano, predispuestos a soltar un azote por un “quítame de allá esas pajas”. No creo que ser Amo signifique perderle el respeto a las sumisas. Yo busco en un Amo la dulzura, el cariño, la paciencia, el sentido del humor, la educación, la cultura, el respeto, la complicidad, el consenso y, sobre todo, el AMOR. Sí, el AMOR con mayúsculas. No creo que en las relaciones BDSM se tenga que renunciar forzosamente al amor. No me sirve eso de “si la quiero, no puedo azotarla, así que no la quiero”. Tal vez funcione en ciertas relaciones (no lo dudo), pero no es mi caso. La sumisa ha de ser para su AMO su bien más preciado, y como tal ha de amarla, cuidarla y protegerla, independientemente de cómo la trate para su propio placer. Creo, sinceramente, que un Amo, puede ser un magnífico Amo y estar enamorado de su sumisa.
No quiero un Amo que crea que el amar a su sumisa le pueda impedir dominarla, que lo convertirá en un Amo débil en manos de ella. Todo lo contrario, los Amos seguros de su dominio están lejos de este temor. Amar de forma auténtica es trabajo de espíritus fuertes.